jueves, 19 de septiembre de 2013

El espejo

Había un espejo para reflejar el cuerpo completo en ese cuarto, tenía pegadas letras en colores, no estoy segura pero parece que decían Mari o María. Lo que tengo como imagen es que las letras iban de arriba a abajo en diagonal y que siempre me gustaron,
 
En ese cuarto y frente a ese espejo estuve innumerables veces. Algunas, las primeras, viendo cómo María se cepillaba el largo cabello negro, o cómo colocaba lápiz labial en su boca. Siempre viéndola sólo a través del espejo. Después fue mi reflejo el que veía y detrás, él, mi tío observando también el espejo.
 
Ahora es como si esas imágenes se congelaran en mi recuerdo. Sólo son imágenes. No hay emoción en derredor de ellas, son imágenes de recuerdos que bien podrían no ser míos, vistos así de tan lejos.
 
Ese espejo siempre fue el preámbulo, al menos de cada noche en ese cuarto, nunca había caricias sin antes ver el reflejo de nosotros en el espejo, yo delante, él detrás. Ahora mismo no puedo ver su mirada, ni su rostro; tan solo unas manos que me toman por la cintura y lentamente me giran hasta tenerme de frente, entonces el beso suave en los labios y las manos subiendo hasta mis pechos para luego ir bajando al tiempo que los labios y dientes juguetean con el pezón derecho.
 
Luego la cama. No, miento.Luego mi turno de explorar con la boca tratando de hacerlo mejor cada vez, escuchando siempre: "de grande serás una experta".
 
Un recuerdo sin tiempo, sin espacio, sin emoción. Una imagen. Escenas de un momento. Instantes que se quedaron sin pena, sin dolo, sin marca y que únicamente a través del esfuerzo inducido ha llegado a mí para poder ser escrito.

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